Los instrumentos utilizados en odontología son múltiples, la mayoría han surgido de la misma práctica clínica. Sin embargo, otros tienen su origen en la cirugía general, o en alguna de sus especialidades, y han sufrido las adaptaciones pertinentes.
Al hablar en general de instrumental
suele pensarse únicamente en los llamados instrumentos o “herramientas” que
maneja manualmente el operador. Pero la tecnología moderna ha puesto a nuestra
disposición muchos otros tipos. Por ello, hay que recurrir al artificio
de dividirlos en dos grandes grupos: instrumentos simples y los instrumentos complejos.
Los instrumentos simples, también
llamados instrumentos estáticos, engloban
todo el conjunto de instrumentos manuales que el profesional acciona
manualmente por sí mismo, sin otra ayuda o fuente exterior.
Los
instrumentos complejos, que reciben también el nombre de instrumentos
dinámicos, son aquellos
que poseen un cierto grado de complejidad tecnológica y que, a pesar de estar
manejados por la mano del profesional, necesitan estar conectados a una unidad
específica (fuente de energía o máquina) que les suministre alguna
característica propia tal como aire comprimido